Sinfonía doméstica

Una artista que vivió la primera parte de su infancia en Bruselas hasta que a los ocho años en 1948 se traslada junto a toda su familia a Argentina. Aquí estudió la carrera de Letras en la universidad del Salvador en Buenos Aires, en esta etapa sigue practicando el dibujo, la pintura y la música. En 1973 emigra a Barcelona y después a Madrid donde estudió primero en la Escuela de Artes y Oficios y después Bellas Artes en la Universidad Complutense. Mención especial merecen también los cursos de litografía con Don Herbert en Arteleku (Donostia). Matisse, Picasso, Valloton, Spilliaert, Bonnard y sobre todo Rothko y Kandinsky son influencias evidentes en su obra.

En sus trabajos se puede ver la influencia de la música (estudió clarinete, canto y composición) y los viajes a Marruecos, Egipto y sobre todo China con la que todavía tiene un estrecho vinculo. Tras una imagen seria, de integridad, de constancia y disciplina Martina es de talante abierto, alegre y optimista y esto queda reflejado en su obra donde no hay mensajes cifrados, ni en clave; hay silencio o música, quietud o movimiento. Poesía para el alma, más que para el cuerpo.